¿Se escapó? ¿Lo abandonaron? Son las preguntas que se harían todos los días esos peregrinos a los que Grao siguió desde la comarca del pueblo que le da su nombre. Se mantuvo gracias a la bondad de los peregrinos que le daban de comer de vez en cuando, y que sin embargo, al llegar a Lugo, llamaron a la policía, para que sus caminos se separaran y Grao se sintiera solo otra vez...
Grao llegaba a un sitio nuevo, un sitio donde la cantidad de perros que han tenido que rescatar y albergar en sus instalaciones ya comenzaba a ser un problema. Se pasó los primeros días en la entrada tumbado, triste, preguntándose qué era ese sitio en el que se encontraba, mientras impotente apoyaba su bonita cabeza contra un saco de pienso que ya estaba a punto de acabarse.

Grao llegó muy delgado, sin embargo a día de hoy gracias a la comida de la Protectora y la que le trae su padrino los días que lo puede ir a ver, ha cogido un poco más de peso, afortunadamente.
Su única alegría es salir de su canil para pasear una horita, después de luchar cada día contra el frío, el estrés, la falta de espacio, la falta de cariño, etc... esperando a que aparezca esa persona que le puede dar la segunda oportunidad que se merece.
Si queréis ser la nueva familia de Grao, un perro increíblemente sociable y que puede vivir en un piso. o simplemente queréis conocerlo, contactad con nuestra página de Facebook https://www.facebook.com/nuestroqueridoperro o con la protectora de Lugo a través de los contactos que aparecen en su página web www.protectoralugo.org , donde en el apartado adopciones podréis ver todos los perros que están allí esperando por su segunda oportunidad, a pesar de no haber hecho nada malo en su vida...